EL PODER DEL CUENCO TIBETANO

A lo largo de la historia, hasta la actualidad la música ha servido para la sanación del cuerpo y la mente del ser humano, incluso sus vibraciones tiene un efecto increíble en los animales, plantas y nuestro entorno. Y una herramienta notable en esta
área son los cuencos tibetanos los cuales nos permiten reproducir un sonido mágico a una frecuencia de 432 Hz que es la frecuencia que está en resonancia con la Naturaleza y el Universo.

Su nombre es dado por que los primeros registros de su aparición fue hace cientos de años en el Himalaya, en la región del Tíbet y del Nepal, donde fueron fabricados por los monjes Budistas y Shamanistas de la forma más armoniosa posible para tener ese
sonido tan característico que incita a la relajación y meditación.

En la actualidad muchos musicoterapeutas, terapeutas de yoga, masajistas y profesionales del bienestar en general hacen uso de esta maravillosa herramienta en sus terapias o actividades, ya que al ser golpeados o frotados con baquetas, propician un estado
profundo de bienestar, relajación y meditación.

Casi desde el principio se han empleado 7 metales en la fundición del cuenco. En algunos casos se usan nueve, pero lo normal es que sean de siete.

Estos siete metales son el oro, la plata, el mercurio, el cobre, el hierro, el estaño y el plomo. Estos metales han representado cuerpos celestes, los que destacaban más en la noche: el Sol (oro), la Luna (plata), Mercurio (mercurio), Venus (cobre), Marte
(hierro), Júpiter (estaño) y Saturno (plomo).

BENEFICIOS DEL SONIDO DEL CUENCO TIBETANO

¿CÓMO HACER SONAR EL CUENCO TIBETANO?

Existen dos formas para hacerlos sonar, la primera es dar uno o varios golpecitos con la baqueta al cuenco y la segunda es hacer círculos rozando el borde del cuenco.

Las dos técnicas son apropiadas para obtener los beneficios, y son muy fáciles de realizar.

Si deseas realizar la segunda forma, te presentamos unas sugerencias.

1) Reserva unos minutos para que disfrutes la técnica. El tiempo que desees y te sientas cómodo.

2) Siéntate en la posición de flor de loto, o como te sientas cómodo teniendo la espalda recta.

3) Sujeta el cuenco con una mano a la altura del abdomen, colócalo encima de la palma de la mano estirada, no colocas tus dedos presionando el cuenco por que evitara que realice las vibraciones.

4) Toma la baqueta con la otra mano, y empieza a frotar la parte superior del cuenco con movimientos circulares, en pocos segundos notaras su vibración y sonido. Puedes hacerlo a tu ritmo, como te sientas cómodo y déjate llevar por su armonía.

5) Cuando desees puedes parar y deja que su vibración siga recorriendo tu cuerpo y mente.

Disfruta el momento y no pienses en nada más que en esa sensación que te está provocando el cuenco tibetano y como está equilibrando y limpiando tus energías y entorno.